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sábado, 22 de junio de 2013

Mamá, quiero ir al cine.

Ultimamente, me ha dado por pensar en eso que llaman ocio inclusivo. Viene de la estupenda idea de que puede existir un mundo ideal y perfecto, donde todos, los que nos creemos perfectos, los que sabemos que no lo somos, y los que viven la vida acompañados de una diversidad funcional que los hace diferentes, a nuestros miopes ojos, podemos tener todos lo mismo, disfrutar de las mismas cosas, a ser posible a la vez, juntos, en amor y compaña.
Falso, por supuesto.
En este mundo cruel y mercantil, por mucho que algunos se empeñen en maquillar la realidad con el velo de lo politicamente correcto, las cosas son como son.
No, no es que yo tenga uno de mis dias negativos. Bueno, a lo mejor sí, pero no es eso.
Ocio inclusivo.... Puede ser. Seguro que algo existe. Para mí es como las meigas, no he llegado a verlas, pero haberlas, hailas. Si, todos nos acordamos de haber visto, oido o leido algo acerca de espectáculos adaptados a diversos tipos de diversidad funcional. Vale.
Si nos ponemos a mirar un programa de actividades culturales municipales, de esos que se pueden ver en la última página de uno de esos periodicos de barrio de financiación dudosa o futuro incierto, cuando no ambas cosas, es fácil darse cuenta de que existe una oferta de espectaculos , exposiciones, conciertos y demás, para adultos y niños. Para encontrar entre ellos espectaculos adaptados para personas con diversidad funcional, necesitariamos una lupa. Pero sí, igual encontramos un guiñol adecuado para niños con necesidades educativas especiales. Mejor no comparemos la oferta que hay para ellos con lo que se puede encontrar para los demás niños, porque nos darian ganas de gritar, de soltar sapos y culebras, y nadie nos pondria unos subtitulos siquiera.
Con fondos públicos, se deja para algunos lo peor. A veces, lo peor dentro de lo malo.
¿Hablamos ahora de lo que se hace a nivel privado?. En realidad, esto no es posible, porque no hay muchas actividades culturales o de ocio que no se beneficien de algún otro modo del dinero público.
Lo del cine español, ya se sabe. Lo que se ingresa por las películas viene a ser una tercera parte de su coste.
En cuanto a las películas extranjeras, también se subvenciona el doblaje, por ejemplo. O sea, que lo de privado, es muy discutible.
Vamos que ahora, hago la pregunta. ¿Donde está la parte que corresponde a mi niño?. Porque lo que está claro, es que algo tiene que corresponderle.
Mi hijo mira los cines de la Gran Via como quien mira el vuelo de los pájaros. Como una cosa que parece ser estupenda  y divertida que él no puede hacer ni disfrutar. Los niños no vuelan. Los niños autistas no lo tienen fácil para ir al cine en la Gran Via. Ni en ninguna parte.
Una proyección de cine comercial supone estar en una sala llena de gente ( bueno, aun es posible encontrar algunos cines con sesiones matinales medio desiertas). Supone un nivel muy alto de luces y sonido, que las personas de estas caracteristicas no pueden soportar facilmente.Y supone estar quieto en la butaca, en un espacio reducido. Todo ello a oscuras. Es como para pensarselo mucho.
Alguno, con esa sensibilidad que suele caracterizar a la gente cuando se trata de problemas que le son ajenos, estará pensando que para estas personas, no se ha hecho el cine, y punto. Que se trata de algo fuera de su alcance, y que sencillamente, no son capaces de disfrutar de una pelicula.
Bueno, todo es discutible. Mi niño nos sorprendió , a los ocho años, quedandose sentadito en el sofá de casa viendo, con todo detalle una película nada infantil: "La noche del cazador". Y es que la vivía, en serio. Es capaz de ver y seguir una peli. No todas, pero es que a mí me pasa lo mismo, las hay muy malas. Tiene unos gustos sorprendentes, como "Cria Cuervos", que le desarrolló además un gusto exagerado por las canciones de Jeannette, y otros no tanto, como la saga completa de  Star Wars, o Cristal Oscuro. A veces,nos ha protestado cuando hemos parado el dvd para hacer una pausa porque se ve que estaba muy atento a la historia y no le sentaba bien la interrupción.
Y en cuanto a que para estas personas no se ha hecho el cine, es cierto. Pero si se ha hecho con dinero público, y yo insisto. ¿Donde está la parte que les corresponde?
Vamos con la cuestión técnica.
Sabemos que existe cine para personas con problemas visuales. Aquí encontrareis una explicación mucho mejor que la que yo pudiese dar. http://www.contactobraille.com/cine.html
¿Y para personas con problemas auditivos?http://vimeo.com/8311567
En cuanto a los usuarios de sillas de ruedas, lo que ellos necesitan en unas adaptaciones en cuanto a accesibilidad de las salas. En este sentido se ha avanzado algo más, aunque seguro que no lo suficiente. He encontrado esta página, que demuestra que aún queda mucho camino por recorrerhttp://vimeo.com/8311567. Aseos no adaptados, cines de dos salas de las que solo una es accesible (¿que se creían ? ¿ que encima iban a escoger peli?).Falta de plazas reservadas para sillas de ruedas, y esos simpáticos escaloncitos que aparecen de repente y que hay que buscar ayuda para salvarlos.
Concretando un poco más, hablaré de cine y autismo. Sí, ya sé. Todos hemos visto Rain Man. Esa entretenida película que a mí, que conozco el tema, me resulta algo extraña. Pero bueno, para los que la hayan visto, si se han creido que el prota, que mide 1,60, es un sex simbol y además es buen actor, eso de creer que el autismo consiste, entre otras cosas en saber contar las 487 cerillas que caen de una caja al suelo de un golpe de vista, no tiene que haber sido más dificil. La realidad no se acerca siquiera a la ficción, pero reconozcamosle a esta pelicula el merito de haber conseguido que miles de personas crean que saben en que consiste el autismo.
Pero me he desviado. Hablaba de si es posible hacer cine para personas con autismo.Es posible. Aquí está la prueba:http://autismodiario.org/2011/02/27/cines-adaptados-para-personas-con-autismo/
Lo que no es, es rentable. Y eso, hará imposible que aquí se lleve a cabo, en salas comerciales.
Pero somos gente de buen conformar. Nos pasamos la vida reivindicando,pero luego, con cualquier cosa se nos contenta. Aunque sea una sala pequeñita. Aunque no se pueda elegir peli.El caso es que exista la posibilidad de que estos chavales puedan ir al cine. Bueno, siempre podemos tirar de home cinema, de amigos entendidos en cuestiones de imagen y sonido, y de conocidos con un garage amplio donde colocar unas sillas y proyectar, o gimnasio de cole que se preste y nos presten. El "hagaló usted mismo" de siempre, esa filosofía que a algunos nos ha llevado a inventarnos una terapia para nuestros niños, a otros a buscar dietas imposibles presuntamente milagrosas, y esas cosillas.
Porque mientras tanto,mi hijo sigue mirando como entran los demás a los cines de la Gran Via . Y él no es capaz de indignarse, pero ya lo hago yo por los dos.