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martes, 12 de mayo de 2015

La utilidad del enemigo

Estamos viviendo unos días intensos. En realidad, los últimos años han sido intensos, pero ya sabemos como son los días de campaña. Y esta resulta especialmente dura.
No me gusta hablar de las dificultades que atravesamos, porque entiendo que hay que asumirlas como un reto. Como un aprendizaje que nos hará más sabios, que no mejores. De momento, nos ha servido para separar la paja del grano, que anda que no es poco.Paja eran aquellos a los que se ha llevado el viento, al primer soplo de sondeo desfavorable. No nos rasguemos las vestiduras, no nos hagamos de nuevas, que a alguno le vimos venir hace mucho tiempo. Ver lo que ha pasado con algunos "compañeros" produce tal vergüenza ajena,que solo es posible sobrellevarla desde el convencimiento de que , en realidad, compañeros, nunca han sido, realmente. Tanta paz se lleven como descanso dejan. Alguno de ellos hubiera servido para rellenar una lista, pero para eso podría haber apuntado yo a mi abuela, de no ser por el detalle de que lleva muerta unos cuantos años. Y aún así, su nivel de colaboración con el proyecto hubiese sido similar al de estas personas.
Siempre he dicho que no me preocupan los que se van, porque a veces, bastante es preocuparse de los que se quedan. Y yo, acerca de algunos, sigo teniendo muchas dudas. Pero eso puede esperar unos días más. Ya hablé en otro post acera de mis motivos para quedarme. En cuanto a los motivos de algunos para irse, para pedir esa fusión o colaboración , hay mucho que decir. Primero están los críticos. Los hay muy respetables, y celebro que ahora se pueda ser crítico, aunque sea porque algunos piensan que ya da igual. No todos los críticos son respetables. Me indignan especialmente los críticos que piden a toda costa la alianza con los cítricos, con el mismo argumento que utilizaba Jack Lemon en la película "Con faldas y a lo loco" para pretender contraer matrimonio con el millonario. O sea.. "¿ Y EL PORVENIR...?".
No quiero esa alianza. Espero que el dia en el que haya que decidir entre estar con ellos o no estar, no llegue nunca. Porque no lo puedo evitar, no me gustan. Muy de derechas para mi gusto, muy xenofobos para mi gusto, muy insustanciales para mi gusto, y muy poco respetuosos con la diversidad para mi gusto. Estoy harta de gentuza, y aquí no me refiero a ningún partido, porque los hay en todos , que esgrime argumentos como que el sudaca nos ataca y se pone hasta las patas( para la gente sin cultura musical, esto es de un tema de Siniestro Total),  y las personas con discapacidad no paran de recibir ayudas y siempre quieren más. Al que defiende esas cosas, solo le deseo que algún día vea cual es la realidad, de algún modo. Gente estrecha de miras, no nos hace falta. Si queremos cambiar las cosas, nos hacen falta personas capacitadas, empáticas, inteligentes, y con buena capacidad de relacionarse con los demás.
No me preocupa el que se ha ido. Me preocupa el que sigue porque  piensa que no se puede ir. Me preocupa el inerte, el que no parece tener ya interés ni fuerzas. El que pretende conseguir excelentes resultados y para ello va a esforzarse sin denuedo en hacer .. nada.No nos sobra tiempo para explicar a la gente que aquello que no funciona hay que cambiarlo. Ya deberíamos saberlo todos
Me preocupa quien se dedica a hacer campaña de si mismo para futuros emplazamientos electorales, en lugar de ayudar en este que tenemos encima.
Hay personas que no valen nada como amigos, y acabamos asumiéndolos como enemigos. Pero es que tampoco sirven para eso. Cogemos el mantel viejo y lo convertimos en trapos de cocina, pero en realidad, como mantel en su día tuvo un estampado frutal que no nos gustaba, y como trapos la verdad es que secan poco. Pero somos tan amigos del reciclaje que intentamos darle un uso de consolación a algo cuyo destino natural no era otro que la basura.
Aprovechemos la ocasión para hacer una limpieza de primavera en profundidad, porque difícilmente vamos a tener otra opción. Pero ante todo, centrémonos en lo que queda de campaña. Que hay mucho que hacer.