NO



Un millón de días sin escribir, lo sé. No tengo tiempo, no me faltan ganas, y estoy empezando a tener miedo de las cosas que escribo. Prometo leerlo cien veces antes de publicar...
No abandono la lucha. Yo no soy de los que se asustan, ni de los que esperan a ver de donde sopla el aire. No es lo mío. Yo cuando entré en esto no tenía metas personales,  tenía propósitos más amplios. Y los sigo teniendo.  No me quedaré quieta porque haya un importante grupo de gente que haya decidido que es mejor la quietud. Entre otras cosas, porque ninguna de esas personas se ha molestado en explicarme por que cree que es mejor lo que cree que es mejor. Jamás seguiré una teoría que no se me ha explicado. Eso es obediencia ciega. No, gracias.
Y no me apuntaré a ningún bando. En primer lugar porque ya me parece demasiado triste que haya bandos. Aquí teníamos todos, en teoría, un objetivo común. Si otros lo han olvidado, yo jamás. Hasta que algunos vuelvan a encontrar el momento de pensar en grande, veo la cosa muy fea. Se que algunos acabarán por encontrar ese momento. Y algún otro encontrará el momento de fingir que lo ha encontrado. Aquí os espero a todos, haciendo lo único que he hecho desde que empecé esta andadura. Trabajar .
Me habláis de esperar el momento oportuno, y yo os digo que, cuando se tiene fe y ganas, todos los momentos son oportunos.
Me habláis de limpiar la casa antes de invitar a nadie a ella, y yo os digo que mi habitación está limpia, y la de otros muchos también. Y que hay que tener algo de cuidado con lo que se utiliza para limpiar. Y que bienvenido sea el que quiera entrar por la puerta sabiendo que va a tener que ayudar a limpiar y a lo que haga falta.
Me contáis vuestras preferencias, o las adivino. Creo en la libre opinión de cada uno. Empezando por la mía. Tengo todo el derecho del mundo a querer trabajar. Tengo derecho a luchar a mi manera por aquello en lo que creo. Es mi derecho hacer lo que viene a ser lo único que puedo hacer, que no es que se me hayan dado tareas como para tenerme saturada... Es mi derecho, y voy a ejercerlo.
En cuanto a vuestras preferencias, yo no soy absolutista. No trabajo ni para mantener una corte, ni para cambiarla de sitio.
Pensad un poco. Por favor.

Los que no nos rendimos.

Dirijo esta entrada de mi blog a mis leales compañeros de partido, que no son todos. A mis guerreros y guerreras. A todos aquellos que se han dejado la piel todos estos años, y es más, pretenden seguir dejandosela. Y ahora van a tener que luchar contra los mismos enemigos de siempre, pero también contra otros que no se decir si eran amigos y ahora son enemigos, o si siempre han sido enemigos, pero no lo sabíamos.
Vamos a hablar claro. Siempre hemos sido pocos, y nos hemos conocido mucho. Alguno de los que ahora abandona el barco, lo hace como la rata que siempre ha sido. Que si, que vale, que no vamos a andar por las redes lanzándonos piropos entre nosotros, que luego lo aprovechan para decir que estamos siempre igual. Pero es verdad, y todo el mundo lo sabe, que aquí había gente que veia en esto una prolongación de su vida laboral. O a veces, una sustitución de una vida laboral que antes no tenia.
No critico que alguno haya intentado durante todos estos años arrimar el ascua a su sardina por el hecho de estar en una mala situación. Pero esto ha sido nefasto para el grupo, pues no han faltado quienes han visto en este colectivo un grupito de apoyo a sus intereses particulares. Nadie te apoya más que aquel que se siente agradecido. Lo malo de este grupito es la rapidez con la que ha salido por patas cuando han venido mal dadas. Porque no eran voluntarios, y lo tenían muy claro. Y si en algún momento estuvieron en esto por ideología, hace ya mucho que lo olvidaron.,
Con todo, están en su derecho de irse, y en algún que otro caso, era deseable que lo hicieran. Porque algunos están optando por otra alternativa, que consiste en quedarse a dañar la casa de todos. Han evolucionado de rata a termita. Se quedan el tiempo justo para votar la disolución, andan poniendo en twitter fotos de cuando quedan en casa de alguno para conspirar ( y lo dicen), sin darse cuenta de que esas fotos solo demuestran lo pocos que son y el mal gusto que tienen para la decoración.
Puedo entender que haya cierta rabia por haber perdido un puesto de trabajo ( bastante mal desempeñado, en algún caso), pero es lo que hay. Seguiremos sin vosotros, y contra vosotros si es necesario.
Otro capitulo son los callados. Ahora que algunos claman por la disolución, y otros nos organizamos como sea para poder seguir, es fácil identificar a un grupo que está agazapado sin pronunciarse, hasta ver de donde sopla más fuerte el aire. Y este grupo me preocupa, porque en él hay más de uno al que nadie iba a echar de menos. Alguno de ellos empieza ahora a hacer RT en cosas puestas por Gorka Maneiro, y esto me da que pensar que la matemática está de nuestra parte, porque si no, de esos no tendríamos ni las noticias.Se quedarán de momento,y eso puede venir bien para hacer bulto.
El viernes pasado pudimos ver que somos muchos los que queremos seguir trabajando. Y habrá que organizarse para hacerlo. No olvidemos esos meses en los que no se ha hecho nada. Así no podemos seguir. Personalmente, agradezco a la actual gestora su valor y sus esfuerzos, pero a la hora de votar en un congreso lo haré según lo que vea, no según las palabras que oiga.
Y no estaría de más que se hiciesen públicos los nombres de aquellos miembros del Consejo de dirección que el pasado 16 de enero pretendían disolver sin contar con nadie. Nueve, para ser exactos, según mis noticias.Nueve personas elegidas en julio en una lista cerrada bajo el nombre "Unidos por UPyD". ¡Ja!.   A mi que no me miren, yo voté a La Alianza.  Si descartamos a los que después han pasado a formar parte de la gestora y hacemos números, nos encontramos con una eurodiputada que pretendía disolver. O con un miembro de la actual gestora que pretendía disolver... Para evitar sospechas, señores, nada como la luz del sol, que decía la difunta...