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jueves, 13 de octubre de 2016

NO



Un millón de días sin escribir, lo sé. No tengo tiempo, no me faltan ganas, y estoy empezando a tener miedo de las cosas que escribo. Prometo leerlo cien veces antes de publicar...
No abandono la lucha. Yo no soy de los que se asustan, ni de los que esperan a ver de donde sopla el aire. No es lo mío. Yo cuando entré en esto no tenía metas personales,  tenía propósitos más amplios. Y los sigo teniendo.  No me quedaré quieta porque haya un importante grupo de gente que haya decidido que es mejor la quietud. Entre otras cosas, porque ninguna de esas personas se ha molestado en explicarme por que cree que es mejor lo que cree que es mejor. Jamás seguiré una teoría que no se me ha explicado. Eso es obediencia ciega. No, gracias.
Y no me apuntaré a ningún bando. En primer lugar porque ya me parece demasiado triste que haya bandos. Aquí teníamos todos, en teoría, un objetivo común. Si otros lo han olvidado, yo jamás. Hasta que algunos vuelvan a encontrar el momento de pensar en grande, veo la cosa muy fea. Se que algunos acabarán por encontrar ese momento. Y algún otro encontrará el momento de fingir que lo ha encontrado. Aquí os espero a todos, haciendo lo único que he hecho desde que empecé esta andadura. Trabajar .
Me habláis de esperar el momento oportuno, y yo os digo que, cuando se tiene fe y ganas, todos los momentos son oportunos.
Me habláis de limpiar la casa antes de invitar a nadie a ella, y yo os digo que mi habitación está limpia, y la de otros muchos también. Y que hay que tener algo de cuidado con lo que se utiliza para limpiar. Y que bienvenido sea el que quiera entrar por la puerta sabiendo que va a tener que ayudar a limpiar y a lo que haga falta.
Me contáis vuestras preferencias, o las adivino. Creo en la libre opinión de cada uno. Empezando por la mía. Tengo todo el derecho del mundo a querer trabajar. Tengo derecho a luchar a mi manera por aquello en lo que creo. Es mi derecho hacer lo que viene a ser lo único que puedo hacer, que no es que se me hayan dado tareas como para tenerme saturada... Es mi derecho, y voy a ejercerlo.
En cuanto a vuestras preferencias, yo no soy absolutista. No trabajo ni para mantener una corte, ni para cambiarla de sitio.
Pensad un poco. Por favor.