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jueves, 3 de octubre de 2013

LA IMPORTANCIA DE SABER PARTICIPAR

En los últimos días he vivido una historia completamente surrealista.
No soy ciberactivista ni nada que se le parezca,pero si tengo costumbre de moverme por ciertas páginas de facebook. En una de ellas me encontré accidentalmente con algo que parecía un pobre y desangelado intento de escrache virtual. Una señora acusaba a la propietaria de la página de haber bloqueado a su esposo por "denunciar públicamente la dictadura de UPyD" en una comunidad autónoma.
El asunto me extraño, pues, aunque no es mi comunidad, yo de eso de la dictadura no tengo noticias, la verdad. Y me parecía raro a más no poder que se hablase de dictadura sin contar exactamente en que había consistido esta. Pinché en el perfil de la señora que escribía ese comentario ( que se repetía muchas veces), y lo que ví no me aclaró absulutamente nada. Se trataba de una mujer próxima a la cuarentena cuyos únicos datos personales dejaban ver nada más que había nacido en Ecuador, y que su profesión era "ama de casa, esposa y madre".
A lo mejor es cierto que yo tengo prejuicios pero no me parece que eso sea una profesión. Para muchas mujeres es, hoy dia, con esas cifras de paro que disfrutamos, una triste realidad. No parecía ser este el caso. Lo cierto era que el texto de la señora estaba plagado de faltas de ortografía, y ahí estuvo mi error. Le respondí que, ya que lo repetía hasta la saciedad, lo escribiese bien, y le hice notar las incorrecciones ortográficas. Su respuesta. Ese no era el tema, ella estaba denunciando la dictadura de UPyD, y no se paraba en pequeñeces.
Podia haber dejado ahí el asunto, pero no lo hice, respondiendole que utilizar correctamente el castellano no era ninguna pequeñez, y que en España había muchos inmigrantes que no tenían el castellano como lengua de origen, y que se esforzaban en aprender a hablarlo y escribirlo correctamente, lo cual era muy loable. Claro que se trataba de gente que había venido aquí a trabajar, no a ser "ama de casa, mamá y esposa".
En que hora. Entra en escena un sujeto que dice ser el esposo de la susodicha, que no puede responer personalmente, pues está muy disgustada, porque yo soy una racista. Le respondo que no, que de hecho, yo he hablado bien de los inmigrantes en general en mi comentario, pero que lo que no voy a hacer es suavizar mi opinión por el hecho de que su señora no sea rubia y de ojos azules, que si no lo es, no es culpa mia. Al parecer, destacar que su señora no es rubia de ojos azules, es motivo suficiente para nuevas acusaciones de racismo.
Fue bastante frustrante intentar razonar con ese sujeto , pero averigúé alguna s cosas. Afirmaba haber sido injustamente tratado en su agrupación local, donde no se habia valorado el gran trabajo que el venía realizando. Se mostraba terriblemente dolido porque él había estado colaborando infructuosamente durante nada menos que año y medio. Todo esto lo iba soltando entre insultos (por ejemplo, nazi),dirigidos haci a mi persona.
Me resultaba extraño que, puesto que decían estarme escribiendo dos personas diferentes, se expresasen exactamente igual. En concreto, utilizaban giros y expresiones propios de alguien nacido en hispanoamérica, y palabras extrañas como "racistamente".Se lo hice notar, y dije que en realidad, era la sra la que me estaba escribiendo. Me dijo que eso lo digo porque soy racista, por supuesto. Y cuando ya iba a cortar porque me estaban hartando y no se llegaba a ningún sitio,  me dice que yo me estoy metiendo con su esposa, porque no es una mujer poco femenina, como yo, que seguramente soy monja o algo así. Le digo que no hay nada femenino en vivir de los hombres ( bueno, llegado a este punto a mí me costaba trabajo mantener las formas, lo reconozco). Pero el sujeto (o su mujer, sigo sin saberlo), sigue soltando pestes, y según él ( o ella), tan sólo hay una persona decente en el partido, un diputado nacional en concreto que, como él mismo, ha sufrido los inconvenientes de una ley que no debería existir, la Ley de Violencia de Genero. Empieza a invocar el nombre de este compañero de partido en cada una de sus respuestas, como si el citarle le diese algún tipo de razón,y como si quisiese que yo me pronunciase al respecto.Cosa que le aclaré, no pensaba hacer.Pero como yo reconozco que, cuando quiero, soy mala persona, consigo tirarle de la lengua hasta que reconoce haber pasado por un matrimonio anterior del que pareció salir escaldado e injustamente acusado de cosas que no aclara. A saber. Lo mejor es cuando afirma haberse casado con una mujer latinoamericana porque las españolas nos creemos las reinas del mambo con tanta igualdad y tanta tonteria. Y lo remata diciendome que compadece a mi esposo pues seguro que yo soy una maltratadora psicológica como tantas que hay por ahí.
En resumen, le dije que el partido, obviamente, no ha perdido gran cosa con su marcha, y que sospecho que detrás de todo están algunas expectativas suyas que no se han visto satisfechas. Que año y medio no es tanto, que si se metió en UPyD pensando en recoger los frutos cuanto antes mejor, y es obvio que se ha equivocado, lo mejor es que se haya ido,"haya" con h, por favor,  y que pruebe a presentarse a presidente de su comunidad de vecinos,y deje de hacer el ridículo.
Todo el mundo ha oido hablar de la importancia de saber perder. Y algo menos, de la de saber ganar. Algunos no saber, ni estar, ni participar. Y por lo que se ve, desconocen por completo el ideario y el programa. En este caso concreto parece haber entrado en pos de la estela de una persona determinada, pero es que aquí , que yo sepa, no queriamos cheers-leaders ,queriamos gente comprometida en el proyecto.Afortunadamente los sigue habiendo, la paja y el trigo se separan solos, y habrá más sujetos como éste, que pro suerte, ya no está entre nosotros.

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