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lunes, 13 de agosto de 2012

Credibilidad.

Se que la primera dificultad para entender lo que voy a escribir hoy, está en el título: Es una palabra de cinco sílabas . Pero espero que se pueda entender, al menos, voy a intentar explicarlo.
Empezaré hablando de valor. El valor de las ideas, de las personas. Esto es aún más complicado. Las ideas, para cada uno, las suyas son las mejores y las que más valen. Esto es así, esto se sabe. Y contra eso, nada que discutir. Salvo quizá, que algunos presentan como suyas ideas que no lo son. Algunos repiten lo que han oído en su imparcial canal autonómico de turno, y lo hacen con tal convencimiento que yo, en realidad, no se si son loros de repetición o piratas de la idea ajena. Como esto se lo trabaje un poco la SGAE, algunos lo llevan muy claro.
Vamos con el valor de las personas. Bueno, poniendo de manifiesto el valor supremo de la vida humana, todas valen lo mismo. Pero no todas son igual de valoradas. Es evidente que hay personas que, si desapareciesen, causarían una gran perdida a la humanidad, e individuos que, si desapareciesen, causarían un gran dolor a su madre. No es exactamente lo mismo.
¿Qué es lo que da valor a una persona?. Su aportación a este mundo egoísta, para empezar, ya sea esta una aportación intelectual, ideológica, lo que se os ocurra. Bueno, tenemos dos Albert Einstein, delante. ¿Qué puede dar más valor a uno que a otro?
Imaginemos dos sabios idénticos, enunciandonos la teoría de la relatividad, a la vez.Ambos con esos pelos. Pero uno de ellos, en lugar de enunciar su teoría, llama a su secretaria para que nos la enuncie, y él se va al futbol. ¿Lo pillaís?.
Este, no sería el elegido. Porque muestra un cierto desprecio por su público. Y se debe a su publico, no lo olvidemos.
Ahora, imaginemos que antes de enunciar la teoría de la relatividad, nos ha dicho repetidamente que no había ninguna teoría que hacer pública.
Que en realidad, no es exactamente una teoría, sino un enunciado informal presentado de una forma muy ventajosa.
Y que eso de la relatividad , además, es relativo.
Y por último, que el está haciendo lo que puede, aunque no está de acuerdo con lo que hace.
Que por otra parte, él no lo ha hecho, se lo han dejado así los que ocupaban antes el laboratorio.
Obviamente, si un sujeto así nos dice que si soltamos la manzana se cae al suelo, lo que se nos ocurre es: A) soltar la manzana para comprobarlo. B), coger mejor una naranja.Por si acaso.
La credibilidad lo es todo. Uno valora más o menos lo que oye o lee, basándose en la claridad del enunciado, en su coherencia, y también en quien lo dice. ¿Quién no tiene un marido al que es fácil convencer de que hay que salir antes de viaje para evitar las caravanas, no porque sea lo que recomienda la DGT, sino porque lo dice forocoches?. Pues eso.
¿ Que ocurre de puertas para afuera?. Pues lo normal. Lo normal cuando tenemos un presidente que se desdice de continuo. Que se permite chulerías tabernarias en el exterior, cosa que es de muy mal tono, y más si no te lo puedes permitir. Que acumula en su haber muchísimas anécdotas curiosas,en cuanto a la credibilidad de su discurso, como aquello de que lo que se escapaba del Prestige eran unos hilillos como de plastilina, o el cambio climático no era para tanto, que se lo había dicho a él un primo suyo que entendía de esto.
Cuando abre la boca,sube la prima de riesgo. Da la sensación de andar como perdido, no sabemos si buscando una salida trasera para escabullirse de la prensa, la solución a la crisis, o un alfiler de la corbata. Y peor aún, seguro que daría la misma importancia a cualquiera de las tres cosas. Nos cuenta que va a perpetrar medidas todos los viernes, y a una le queda la duda: ¿lo dice para que esos señores que tanto le vigilan desde el exterior sepan que él trabaja, aunque sea viernes?. ¿Lo planifica así como quien decide subir a la bascula cada lunes, y así tener un aliciente para no excederse el fin de semana con la paella y la sangría? ¿ o es, no más, por joderle el finde al personal ?.
Rajoy tiene cara de escolar angustiado, que sabe que llega la epoca de examenes, y aun pierde su tiempo buscando excusas para no coger los libros adecuados. Pero también tiene cara de lisitllo, que podría estar pensando que, cualquier día, se afeita la barba y que le busquen.

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