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martes, 21 de agosto de 2012

Interés en lo ajeno.

Siempre se ha llamado "amigo de lo ajeno" al que es, simplemente, un chori. Esto no va de choris. Bueno, tal vez sí, pero no es el tema.
Me estoy liando. Quiero decir, que he llegado a la conclusión ( las noches de 38 ºC dan para pensar mucho), que el problema de nuestros dirigentes es, precisamente, su falta de interés por lo ajeno.
No se puede decir que el presidente que padecemos sea el colmo de la empatía. El mal ajeno le es tan ajeno, que es capaz de adornar un discurso parlamentario con aquello de " en cuanto a los débiles y tal..". Mariano Rajoy produce la impresión de ser un ectoplasma, alguien que no tiene carne ni sangre, ni huesos, ni visceras. Y , si los tiene, nadie sabe para que los tiene. Tal vez ni él mismo.
A Rajoy le importa tres pimientos el recibo de la luz, porque él lo tiene pagado. El problema de la vivienda se la trae al pairo, eso es evidente.
A Aguirre, en cambio, no le son ajenos los asuntos de la tercera edad. Ella tiene una anciana madre de buena posición. Pero a Aguirre esto no le hace pensar en los ancianitos y sus medicinas, sino en el impuesto de sucesiones que no aplica. Aunque sería injusto decir que la presidenta no tiene en cuenta a la tercera edad. Los tiene en cuenta, sí. Son importantes para ella,bueno, sus votos son importantes para ella. De ahí iniciativas como la de los mayores al cine por un euro. Los que ya no puedan ir al cine y estén en situación de dependencia, esperando una valoración que sabe Dios si llegará a tiempo, esos que se jodan. Porque esos votos serían más caros, debe de pensar.
Nuestros gobernantes no perpetran los recortes pensando con el corazón. Ni con la cabeza, en realidad. Es más, a nivel de conocimientos de economía tendriamos mucho que decir, porque no tienen ni idea de lo que es el ahorro. Les encanta comparar la situación del país con una economía doméstica, pero es que en sus casas posiblemente nunca se hayan tenido que hacer economías. Y claro, no saben.
Sin duda, se sorprenderían mucho si supieran que cualquier familia con uno de sus miembros en paro, cuando no los dos, pasa más tiempo cada mes planificando y haciendo presupuestos del que ellos mismos dedican a defenestrar económicamente el país.
Estoy segura de que los niños de Rajoy, Soraya, y Mari Cospe, por ejemplo, no van a llevar el tupper al cole. Es más, sus niños irán al tipo de colegio donde ninguno de los alumnos ha visto un tupper jamás. De seguro el propio Rajoy ha tenido que buscar tupper en la wikipendia, y como posiblemente lo haya escrito mal, aun no lo habrá encontrado y de ahí esa cara de "no se muy bien de que va esto" que tiene en todas las imágenes. Y los del BCE asustadisimos, viendo esa cara de estupor perpetuo.
Les falta interés  en lo ajeno, En las necesidades ajenas, quiero decir. Claro que la palabra necesidad tal vez les evoque imágenes de ropa raida, pìojos y colas en las iglesias, no para recibir el cuerpo de Cristo, amén, sino para calentar el propio con algo de sopa. Porque , además de pobres, son unos ateos, que jolín.
No,no saben que todo el mundo, la gente normal, tiene sus necesidades. Techo y comida, así, sin pluses, sin dietas, sin anestesia ni nada. Educación para sus hijos , porque los niños de la inmensa mayoría de la población no se educan en el S. Estanislao de Paga, sino que recurren a algo que se llama educación pública, que Rajoy no sabe bien que es, pero suena a cosa de pobres, pobres, o sea, mira tú. Sanidad. La sanidad pública si la conoce Espe, por ejemplo, pero que suerte tuvo, no habia lista de espera cuando ella tuvo que operarse. Y claro, como no vio esas listas, dirá que la gente exagera, y además, es que son inmigrantes, fijaté ( ayer escribí , en un lapsus, emigrantes por inmigrantes, y mi corrector de estilo me echó la bronca mientras aliñaba la ensalada, Sirva esto como fe de erratas).
De todas formas, alguien debería explicarles a estos individuos e individuas que los servicios públicos son eso, servicios, no cuestiones benéficas. Pagamos sanidad y educación con nuestros impuestos, cada vez más.Lo digo porque parecen ver a la población como un numerosísimo grupo de ladillas succionando las partes delicadas del estado, y no es eso, señores. La mayoría tenemos claro quien succiona a quien.

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